Sin rendición by Caitlin Crews

Sin rendición by Caitlin Crews

autor:Caitlin Crews
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico
publicado: 2013-08-09T22:00:00+00:00


Capítulo 8

ESTÁS lista? —le preguntó Ivan cuando llegó el momento. Cuando la larga fila de coches que esperaban su turno para dejar a sus ocupantes sobre la alfombra roja por fin los dejó en el punto de destino.

Miranda tuvo el urgente deseo de decir que no, que no lo estaba. De decirle que quería volver al hotel. Como si no hubieran ido ya demasiado lejos, como si hubiera alguna posibilidad de escapar.

—Por supuesto —mintió.

Sus ojos negros brillaban con algo que parecía compasión, pero no podía serlo.

—Mi primera aparición sobre la famosa alfombra roja me puso más nervioso que ganar mi primer título —dijo Ivan entonces. Otra confesión, aunque involuntaria, Miranda estaba segura—. Sabía cómo golpear, no cómo posar. Pero no te preocupes, no estarás sola. Yo estaré a tu lado.

Ella tragó saliva.

—No estoy nerviosa, sé que todo va a salir bien.

Su recompensa fue una sonrisa y no la sonrisa pública, la que ofrecía a sus fans y a la que ya se había acostumbrado, sino una privada, íntima. Una sonrisa solo para ella, ligeramente torcida y arrebatadora. Era real, ella sabía que era real, lo sintió en su corazón.

Y eso hizo que no quisiera pensar en nada más durante horas, durante días. Durante mucho más tiempo.

Pero, cuando la puerta de la limusina se abrió, Miranda no tuvo más remedio que aceptar su brazo para enfrentarse con las exclamaciones de la multitud. A un lado de la alfombra había un muro de gente: fans, reporteros, seguridad, todos mirando a las celebridades y a sus acompañantes que recorrían la alfombra roja en procesión.

El publicista de Ivan se hizo cargo de ellos inmediatamente, llevándolo de un reportero a otro. Interrumpía las entrevistas que duraban demasiado o hacían preguntas a las que Ivan no quería responder, les decía dónde debían mirar, cuándo saludar, cuándo sonreír.

Y ellos hacían exactamente lo que se esperaba, pensó Miranda cuando los llevó hacia las famosas escaleras que llevaban al interior de la sala de cine.

—Has sobrevivido —dijo Ivan cuando llegaron arriba.

—Y no ha sido fácil —respondió ella, sin poder evitar una sonrisa espontánea, una sonrisa tan real como la de él unos minutos antes.

Ivan pareció sorprendido... y algo más, aunque no podría ponerle nombre.

-Milaya —murmuró, tan bajito que era apenas un susurro, con un tono tan dulce que parecía una disculpa. Pero eso era imposible.

Luego, la tomó por la cintura para apretarla contra él, con esa seguridad que la hacía temblar, con esa gracia masculina que era solo suya... antes de buscar sus labios.

Miranda sintió que estaba a punto de desmayarse.

No había nada más que Ivan. No había ruidos, ni gente, ni fotógrafos, ni alfombra roja, ni Cannes. Solo su boca apretada contra la suya.

Por fin.

Y se olvidó de todo lo demás. Lo deseaba con todas sus fuerzas, quería perderse completamente en él. Pero entonces, después de unos segundos, él se apartó. No del todo, pero sí lo suficiente como para que Miranda recuperase el sentido común.

Ivan sujetaba su cintura con una mano, la otra acariciando su mejilla como si fuera a besarla en cualquier momento.



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